"¿Universidad de Bolonia en Argentina, es posible?"

Augustinus Villar de Rohde is a Student Ambassador from Argentina and a student of Business and Economics (CLABE) at the University of Bologna.

Published on 17 June 2025 | South America

Partirme sin dudas

Decidí estudiar en Bolonia, principalmente, por la oportunidad que ofrece a estudiantes latinoamericanos. Para mí, los principales atractivos eran varios: la posibilidad de vivir en un país nuevo, conocer una cultura y una lengua distintas, y completar una licenciatura que en Argentina me hubiera llevado cuatro años, en solo dos años y medio. Además, un detalle no menor fue la posibilidad de acceder al sistema universitario europeo con mi título secundario argentino, algo que no siempre es posible en otras instituciones. 

Yo en particular tuve la suerte de cursar el primer año en manera intensiva en Buenos Aires. Fue una etapa muy importante de mi formación porque pude empezar directamente después de la escuela secundaria, en febrero, y conocer a la didáctica italiana antes de mudarme.

Una vez que fue admitido no dudé de que quería partir. Claramente una decisión así importante no es fácil de tomar, pero las ventajas son tantas y las desventajas menores. La carrera, tanto por lo que se aprende como por el título que otorga la Universidad de Bolonia, te abre muchísimas puertas para tu vida profesional, y todo eso en solo dos años y medio. Es decir, si tienes 18 años al empezarla, y si después resulta que no te gustó tanto, no pasa nada. A los 20 ya tienes un título de una de las mejores universidades del mundo, hablas un idioma más, y se abrieron miles de oportunidades por delante. 

Vida italiana en la facultad, pero también afuera 

Para mí la experiencia universitaria en Italia se puede resumir con las “Tres P”: Pizza, Pasta, Pesto. Al llegar, lo primero que noté fue lo divertido que son los italianos. Son súper abiertos y te hacen sentir cómodo enseguida. El idioma fue difícil al principio, pero con el tiempo, y rodeado de italianos, lo fui agarrando. En la universidad, muchos hablan inglés, así que eso también hizo todo más fácil. 

En lo personal, siendo el adicto al mate que soy, me iba a todos lados con el termo bajo el brazo, y eso llamó mucho la atención. La gente siempre preguntaba, se interesaba, y eso fue un gran ice breaker al principio para arrancar charlas y conectar. Una de las cosas que más se sorprendió al llegar es que no hay dispensers de agua caliente en ningún lado. En Argentina es muy común que haya muchos, como sirven para tomar el mate, pero siendo que en Italia no es una bebida típica, además muchos ni la conocen, es algo muy raro. 

Mi momento favorito 

Una oportunidad muy linda que tuve gracias a la universidad, y en especial a un profe que tuve, fue poder asistir a un congreso internacional de derecho. 

Había muchos profesores importantes y charlas muy interesantes, además participé con mis compañeros, siendo que fuimos seleccionados a través de un sorteo que organizó el profesor. La verdad, fue realmente apasionante y estimulante. 

Pero el momento que más que impresionó llegó después: hicimos un aperitivo con todos los alumnos, mi profesor y algunos colegas suyos. Fue divertido y se creó una dinámica muy peculiar en la que se armó un debate entre profesores y estudiantes, pero sin jerarquías. Por un momento, éramos todos pares. Me sentí como en una escena de una película, y sinceramente, algo que en Argentina nunca me había pasado.